Salas de baños
El frigidarium era la sala de baños fríos, un lugar destinado a revitalizar el cuerpo después de pasar por las salas calientes. En las Termas Romanas del Campo Valdés, se puede observar claramente la estructura de esta sala, que era una de las más importantes del complejo. Los visitantes pueden apreciar el ingenioso sistema de canalizaciones y desagües que permitían mantener el agua fría en esta sala. Además, el frigidarium era también un lugar de encuentro social, donde los ciudadanos conversaban mientras se refrescaban.
El caldarium era la sala de baños calientes, y probablemente la más lujosa de todas las estancias del complejo. Esta sala estaba equipada con un sistema de calefacción subterráneo conocido como hipocausto, que permitía calentar el suelo y el agua. En las Termas Romanas del Campo Valdés, se han conservado algunas partes del sistema de calefacción, lo que permite a los visitantes comprender cómo los romanos lograban mantener esta sala a una temperatura agradablemente cálida.
El caldarium no solo era un lugar para el baño caliente, sino también un espacio de relax. Los ciudadanos romanos solían pasar largo tiempo en esta sala, disfrutando del calor y beneficiándose de las propiedades terapéuticas del agua caliente.
El tepidarium era una sala de temperatura intermedia, que servía como transición entre las áreas frías y calientes. Esta sala estaba diseñada para que los usuarios se acostumbraran al calor progresivamente antes de entrar al caldarium, o para enfriarse gradualmente después de salir de la sala caliente. El tepidarium en las Termas del Campo Valdés conserva restos de sus paredes y del sistema de calefacción, que permiten hacerse una idea clara de cómo funcionaba este espacio.